DESPEDIDA A UN AMIGO
DESPEDIDA A UN AMIGO
ROTARY CLUB LOS ÁNGELES comunica el sensible fallecimiento de nuestro Compañero Rotario y Amigo, Alberto Rioseco Muñoz, quien entregara más de la mitad de su vida a esta noble institución. De los 95 años de existencia de nuestro club, Alberto estuvo 47 con nosotros, otrora muy activo y participativo.
Sobre el día de su ingreso al club, Alberto nos relataba:
“Ingresé el 5 de Julio de 1975, día en que ocurría un cambio de mando presidencial. El Presidente de esa época era el CR Lino Catalán (QEPD). En la ocasión, ingresó también mi hermano Cristián y otro socio que no recuerdo su nombre. Nuestro padrino fue Osvaldo Rodríguez y la ceremonia se realizó en el Casino de la IANSA, lugar de reuniones habituales del club”
Y frente a su vida rotaria, expresaba “De toda mi vida rotaria, la más gratificante y bonita experiencia, ha sido la construcción y entrega de tres Escuelas Rurales (Pata de Gallina, San Gerardo y Santa Laura)”, en ese entonces, Rotary Club Los Ángeles se dedicó de lleno a mejorar las condiciones de los estudiantes rurales y Alberto, como muchos rotarios de la época apoyaron fuertemente, con mucho trabajo directo y recursos económicos.
Hijo del rotario Enrique Rioseco y nieto del socio fundador Cristián Rioseco Vergara.
Su madre, Elba Muñoz de Rioseco, (La querida Sra. Elbita) fue socia fundadora del Comité de Damas de nuestro Club, las que hacían una potente labor social, en todos los ámbitos.
¡Qué duda cabe que el ADN de Rotary estaba en su sangre!
Alberto fue un socio muy colaborador, silencioso y muy ameno en nuestras reuniones, era cariñoso, pero reservado, manteniendo su calidad de Socio Activo de nuestro club hasta el final de sus días.
Lo recordamos por su desempeño como Macero (Maestro de Ceremonias Rotarias) y conductor del Trencito Rotario en la SOCABIO, cuando se realizaba esta interesante exposición Rural, en Los Ángeles, en que nuestro club tenía una gran participación.
Como una característica positiva, resaltó su constancia y la integración de su familia a las labores de Rotary, fue así que conocimos a sus hijos cuando eran niños y se interesaban en acompañar a su padre, por muchos años.
Alberto fue agricultor de corazón. Dedicó toda su vida a la tierra, pero, sin duda, su gran pasión fue el esquí, heredado de su padre, gran esquiador. Desde muy pequeño el volcán lo vio surcar raudamente por su falda, tenía un estilo muy depurado y muy natural, realmente era un agrado verlo esquiar.
Volcó esta pasión por el servicio también en esta área, formando parte activa de Las Patrullas de Esquí, realizando complejas labores de salvataje en la montaña, esto último, le mereció un reconocimiento como patrullero andino.
Querido amigo, las personas solo mueren cuando no se les recuerda después de fallecidas y tu seguirás presente, en nuestros pensamientos y en nuestras conversaciones, por lo tanto, tu seguirás vivo en nuestro recuerdo.
Querido Alberto: Descansa en Paz.
Nuestras condolencias a su familia y a su Rotary Club.
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Hanni y Ronald