Primer Discurso Del Presidente Electo Gary Huang en Instituto Rotary Buenos Aires

Una de las principales funciones del Presidente de Rotary International es visitar los clubes y los distritos rotarios, mas como tal no es nuestra responsabilidad decirle lo que tienen que hacer, sino que mi trabajo es inspirarlos a ustedes a hacer lo mejor, inspirarlos también a ustedes a que potencien a sus clubes para que sean igualmente los mejores, eso es un tema que siempre está en nuestras conversaciones y deliberaciones en Evanston: qué podemos hacer para que Rotary sea mejor, de qué manera podemos ayudar a nuestros clubes y a nuestros socios, es una de los aspectos que constantemente ocupan nuestros pensamientos porque las soluciones o respuestas nunca dejan de cambiar. Puesto que vivimos en un mundo de rápidos cambios, Rotary también debe cambiar al mismo ritmo, fue precisamente nuestro fundador Paul Harris quien hace 100 años escribió :“el mundo cambia rápidamente y debemos estar listos para cambiar con él”.

Y hay un proverbio chino, más antiguo incluso, que lo expresa mejor: “cuando soplan vientos de cambio debemos construir molinos y no paredes”

Todos somos conscientes de los desafíos que enfrentamos en Rotary, nos esforzamos en canalizar nuestros servicio eficazmente para ayudar a más gente, queremos, además, que nuestros clubes sean más grandes y mejores, buscamos atraer más gente a Rotary y con las ansias de que cada uno de los socios en nuestros clubes disfruten de Rotary y aprovechen al máximo sus oportunidades de servicio.

Nos espera un gran desafío para ese año y el próximo en Rotary, ya que hemos establecido como meta llegar a 1.300.000 rotarios para el 1 de julio de 2015. Se trata, por cierto, de una meta muy ambiciosa y no es la primera vez que hablamos de ese asunto, tampoco es nada nuevo, lo hemos intentado ya varias veces con múltiples campañas de membresía; pero saben qué: el resultado es siempre el mismo: 1.200.000 rotarios, han transcurrido 15 años y seguimos con el mismo número de socios: 1.200.000.

Es hora de que nos demos cuenta de que la planta de bambú no está creciendo y no podemos darnos el lujo de cruzarnos de brazos cinco años más haciendo lo mismo y esperar que planta de bambú comience a crecer por arte de magia.

Ha llegado el momento de cambiar las cosas, ya es hora de ver con nuevos ojos el tema de la membresía y de qué manera podemos nosotros abordar ese concepto.

Por mucho tiempo nuestro mantra ha sido “hay que traer más socios a los clubes”, pero ahora ya estamos plenamente convencidos que ese planteamiento no nos conduce a ningún lado y les voy a decir porqué. No sé si lo que les voy a decir sea novedad para ustedes: Rotary no tienen problemas para captar socios porque cada año recibimos 120.000 nuevos rotarios, entonces, se preguntan ustedes por qué no crecemos? porque cada año 120.000 rotarios dejan nuestros clubes. He aquí el problema que debemos analizar, aquí es que debemos cambiar. La interrogante no es cómo podemos atraer a más socios a Rotary, sino más bien cómo podemos conservar a esos socios nuevos, qué debemos hacer para que Rotary sea pare integral de la vida de éstos.

Por tal razón, el lema de ese año me parece muy oportuno: el Presidente Ron nos pide que vivamos Rotary y cambiemos vidas, y pare de la respuesta al problema de la membresía yace ahí mismo: debemos involucrar a los nuevos socios en la vida de Rotary. No podemos decirle simplemente “bienvenido al club, ese es su asiento”. Debemos ir más allá de eso, debemos asegurar qué motivó a ese socio a unirse a nuestro club, qué expectativa tiene ése en cuanto a Rotary, cómo piensa satisfacer sus intereses en Rotary. Luego, tenemos que potenciarlo para que marque una diferencia en el club, ¿se le ha encomendado alguna tarea en particular? ¿dejará una huella con su trabajo? ¿se extraña su ausencia en las reuniones?

Todos sabemos que somos partes importantes de nuestros clubes, de la misma manera que Rotary forma parte importante de nuestras vidas. Y esto es algo que todo nuevo rotario también debe sentir. Debemos analizar, además, los motivos por los cuales los socios se dan de baja; una de las razones principales por las cuales perdemos socios, sobre todo los más jóvenes, es muy sencilla: en la actualidad son muy pocos los que pueden tomarse dos horas para almorzar.

Cuando me afilie a Rotary, salir una vez por semana a almorzar dos horas a una reunión del club era lo normal; incluso para los a los ejecutivos eso nunca fue un problema. Pero el entorno laboral de hoy es otro; la dinámica familiar también es otra, los jóvenes trabajan largas jornadas y también buscan dedicar tiempo a sus familias y se deben renunciar a algo por falta de tiempo, entonces, ese algo será Rotary.

Sabemos, no obstante, que no hay necesidad de eso. No hay disposición alguna en Rotary que no nos permitan celebrar reuniones en las noches o durante los fines de semana; tampoco tenemos la obligación de reunirnos en un restaurante ni hay norma que nos prohíba llevar a nuestros cónyuges a un proyectos de servicio o a una reunión del club; sé, además, de primera mano, que nos existe regla alguna que impida a nuestra pareja o cónyuge afiliarse a un club rotario (Gracias por el aplausos, pero depende de ustedes que inviten a sus cónyuges a unirse al club, si esto no sucede, pues entonces no me echen la culpa a mí) Pero más importante aún, no hay iniciativa que nos inhiba de combinar Rotary y la familia; y para mí, eso es lo primordial.

Si queremos que los socios más jóvenes, involucrados en sus carreras, socios que van a permanecer en el club y contribuir con Rotary por largo tiempo, tenemos entonces que asegurarnos que Rotary se adapte y funcione para ellos. Tenemos entonces que reformular la manera cómo hacemos las cosas, a fin de que los rotarios, como dicen ustedes, puedan tener “la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos”

Llegó el momento de hacer las cosas diferente. Sabemos que debemos cambiar, cómo cambiar es su decisión.

En los Estados Unidos, por ejemplo, hay clubes en que los socios llevan a sus hijos a sus reuniones; en algunos clubes, los niños tienen sus propias reuniones; algunos clubes implementan proyectos de servicio en los que participa toda la familia; hay clubes que se reúnen después de horas de oficina y hay clubes que se reúnen temprano en la mañana e incluso los fines de semana.

No me cabe duda que a los rotarios de esas zonas se les va a ocurrir ideas más innovadoras en los próximos años, por lo que les pido que compartan esas ideas con todos nosotros.

El año rotario todavía está muy joven, acaba de empezar y estoy seguro de que todos ustedes tienen grandes planes y espero que en unos pocos minutos cuando disfrutemos el almuerzo juntos, podamos conversar acerca de sus planes, sus sugerencias e ideas para tener un Rotary aun más grande y fuerte, este año y en los venideros.

Muchas gracias.

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